Las ortesis deportivas más comunes

Por
Thierry Willigenburg
25 de mayo de 2019

De diez habitantes de Bélgica, siete participaron en actividades deportivas en 2018, lo que representa un aumento de casi el 20% en comparación con 2011, cuando sólo cinco de los diez participaban activamente. El deporte es saludable, es beneficioso que la tasa de participación general aumente, lo que lleva, por ejemplo, a un envejecimiento saludable y a un bienestar general, pero los accidentes ocurren. El riesgo de sufrir una lesión en el contexto deportivo es significativo. Según las fuentes encargadas de examinar las tasas de incidencia, como 'VeiligheidNL', se estima que se producen dos lesiones por cada mil horas de práctica deportiva. Esto parece razonable, pero sumando estos números la cifra alcanza los 3,7 millones de lesiones anuales en el caso de los Países Bajos. Cerca de la mitad de estas lesiones requerirán de un tratamiento intensivo, casi se vuelve contraintuitivo concluir que los costos superan los beneficios.

Yeso en la muñeca en el escenario deportivo

El éxito no es un accidente, pero es probable que vaya de la mano del sacrificio y de muchos accidentes. Múltiples citas inspiradoras de atletas famosos llevan a la creencia de que las lesiones sólo ocurren en el nivel más alto y son casi necesarias para lograr un gran éxito. De hecho, los atletas competitivos se lesionan con mayor frecuencia debido a sus intensos regímenes de entrenamiento, pero las estadísticas muestran que las personas comunes también se llevan una parte. Especialmente los niños, que aún están creciendo y desarrollándose físicamente, corren un alto riesgo de sufrir trastornos agudos o de desarrollo. Debido a la amplia gama de deportes y a su carácter dinámico, pueden producirse múltiples tipos de posibles lesiones. Abrasiones, moretones, bursitis, cortes, dislocaciones, alargamientos, fracturas, esguinces, torceduras, desgarros, tendinitis. Un amplio espectro de distorsiones, todas con su respectivo tratamiento, posiblemente incluyendo dispositivos de inmovilización.  

En este artículo se ofrecerá un panorama general de las lesiones más frecuentes en los deportes, que se benefician del uso de órtesis en el tratamiento.

Extremidad inferior

Las estimaciones que consideran la prevalencia del esguince de tobillo varían entre el 17 y el 30 por ciento de todas las lesiones deportivas. Con una incidencia tan alta y contando con una literatura tan abrumadora sobre este tema, es necesario incluir el esguince de tobillo en este repaso, aunque el tratamiento no incluya necesariamente la aplicación de órtesis. El tratamiento conservador del esguince de tobillo puede hacerse mediante uno de dos enfoques. La rehabilitación funcional se asocia con un retorno más rápido a la actividad física y a las actividades de la vida cotidiana, lo que llevó a la conclusión de que la rehabilitación funcional tiene un enfoque que se prefiere a la inmovilización con el uso de yeso. Sin duda, considerando que este enfoque existe para los esguinces de grado I y II, pero para el esguince de grado III, la variante más grave, no se ha alcanzado todavía un consenso en la literatura. La creencia popular es no dar prioridad a los yesos y la inmovilización en el tratamiento de los esguinces de tobillo, aunque en múltiples documentos de revisión se muestran conclusiones contradictorias. Las investigaciones futuras deberían centrarse en las técnicas y tratamientos más recientes, por ejemplo, la cirugía Brostrom con el respectivo yeso de inmovilización utilizado durante la revalidación.

Ortesis de tobillo Spentys

Otra lesión frecuente en los miembros inferiores es el desarrollo de síndrome de estrés tibial medial (también conocido como shin splints, en inglés), abarca aproximadamente del 13 al 17% de todas las lesiones relacionadas con correr. Esta lesión por uso excesivo se ve regularmente en la vida de un individuo que decide hacer la transición de un comportamiento bastante inactivo a un estilo de vida activo, pero puede sucederle a cualquiera, en cualquier momento. El débil dolor a lo largo del borde interno de la tibia es causado por un trauma repetitivo en el tejido muscular circundante. Como para la mayoría de los traumatismos deportivos, uno de los tratamientos iniciales es el descanso, el hielo, la compresión y la elevación (RICE), pero esto es especialmente interesante en el caso del síndrome de estrés tibial medial, ya que se trata de una lesión por inflamación. Los dispositivos ortopédicos son una solución médica externo frecuente, pero también las ortesis rígidas y las plantillas son beneficiosas. Estas brindan apoyo al pie y corrigen las irregularidades biomecánicas que pueden causar la sobrecarga de estrés.  

Los deportes de alta exigencia con muchas torsiones y giros son el origen de muchos problemas de rodilla y, en particular, de los desgarros del ligamento cruzado anterior. Un rápido cambio de dirección o de velocidad y el contacto directo pueden llevar a la completa ruptura del ligamento. Las necesidades individuales determinan el tratamiento, pero un ligamento completamente roto no se curará sin cirugía. Los pacientes mayores pueden optar por un tratamiento no quirúrgico, basado en el uso de dispositivos ortopédicos con respecto a su estilo de vida menos activo, pero las personas activas que hacen ejercicio se ven beneficiados con la cirugía.  

El tratamiento no quirúrgico y postoperatorio conforman estrategias de refuerzo, pero se sigue investigando si estas técnicas restauran la biomecánica normal y protegen el LCA reconstruido. Múltiples soportes, así como rodilleras flexibles, están en el mercado, todas con sus aspectos específicos positivos y negativos. La ortesis dinámica de cajón posterior ha demostrado que mejora la laxitud de la rodilla anterior en comparación con la rehabilitación funcional sin cirugía.

La incidencia de las fracturas difiere dependiendo del deporte, pero se puede obtener una tendencia general hacia las lesiones en las extremidades superiores.

El movimiento repetitivo de la rótula contra el fémur podría dañar los tejidos que se encuentran debajo de esta y provocar el síndrome de dolor patelofemoral, también conocido como rodilla de corredor. El término Rodilla de corredor es un nombre colectivo y también incluye el síndrome de la banda iliotibial, que es resultado de la fricción del tendón lateral de la rodilla. Una vez más, la inmovilización de la articulación no es el tratamiento de elección, pero la aplicación de la órtesis puede ser una herramienta útil para curar y ayudar a prevenir los problemas que pueda presentar en la rodilla, un corredor en el futuro. Las plantillas, por ejemplo, que corrigen la postura, han demostrado ser un elemento que facilita la recuperación y el retorno al deporte a corto plazo.

Los movimientos que requieren un acortamiento y alargamiento de los aductores del muslo pueden dar lugar a un llamado tirón de la ingle. El dar patadas con la pierna dominante es una causa que se presenta de forma frecuente, pero en general las caídas, o el levantamiento de objetos pesados también se han reportado como posibles motivos. Las lesiones de grado III o los tirones de ingle con daños en los tendones podrían beneficiarse de la cirugía con terapia de refuerzo integrada posteriormente. Los aparatos ortopédicos también son adoptados por los daños menos graves y los trastornos tratables de forma no quirúrgica.

Los músculos y tendones de la parte posterior del muslo, tambien llamados músculos isquiotibiales (hamstrings de forma popular, en inglés), se tratan de forma similar. Se adoptan aparatos ortopédicos dentro del tratamiento y como protección preventiva contra la reincidencia.

Extremidad superior

La epicondilitis puede expresarse en el lado lateral y en el medial, respectivamente conocido como codo de tenista y de golfista. La tendinosis crónica surge del uso excesivo de los músculos del antebrazo y resulta en 1,3-3% de casos laterales y 1-5% de casos mediales en una población de muestra (30-64 años de edad). Los dispositivos y las prendas muestran una mejora inmediata, pero los mejores resultados se obtienen con la aplicación de órtesis de contrafuerza.

Ortesis de muñeca Spentys

La incidencia de las fracturas difiere dependiendo del deporte, pero se puede obtener una tendencia general hacia las lesiones en las extremidades superiores. Las fracturas distales de radio y del hueso carpiano pueden producirse durante cualquier actividad en la que el atleta caiga accidentalmente e intente frenar su caída al suelo. Incluyendo una alta velocidad y en una técnica de caída ligeramente mejor, la clavícula se convierte en el siguiente objetivo. Una caída con el hombro, como se ve a menudo en el ciclismo de competición, puede llevar a una fractura de clavícula. Los yesos inmovilizadores alrededor de la clavícula no pueden ser colocados con suficiente precisión, pero la mayoría de las otras fracturas causadas por el deporte se benefician en gran medida de la órtesis inmovilizadora.

El contenido de este artículo no puede utilizarse a modo de tratamiento, sino que se ha redactado para ofrecer una visión general de la posible aplicación de ortesis en lesiones deportivas comunes. Póngase siempre en contacto con su médico de cabecera o con su doctor.

Referencias

Anterior Cruciate Ligament (ACL) Injuries - OrthoInfo - AAOS. (2019). Retrieved from https://orthoinfo.aaos.org/en/diseases--conditions/anterior-cruciate-ligament-acl-injuries/

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What is the prevalence of ankle sprains?. (2019). Obtenido de https://www.medscape.com/answers/1907229-95137/what-is-the-prevalence-of-ankle-sprains

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