Al igual que otras tecnologías que han influido drásticamente en el mundo de la medicina, como los Rayos X o el Termómetro Médico, la impresión en 3D tiene el potencial de mejorar significativamente los estándares médicos actuales. Aunque esta tecnología se empezó a utilizar hace unos 20 años en procedimientos como el modelado anatómico para la planificación de cirugía reconstructiva ósea o el reemplazo de articulaciones y la reconstrucción craneomaxilofacial, los hospitales de hoy en día todavía se muestran algo reacios a adoptar esta innovadora tecnología. Las razones que justifican este fenómeno pueden clasificarse en tres grandes grupos: cuestiones estratégicas, tácticas y financieras.
En cuanto a la estrategia, el proceso de realización de ensayos clínicos representa uno de los impedimentos. Aunque algunos ensayos clínicos se han realizado en aplicaciones prequirúrgicas, éstos tienen problemas de fiabilidad por el pequeño tamaño de la muestra o por la falta de una evaluación ulterior a largo plazo de los resultados, por lo que se necesitan más datos en los ensayos clínicos para ayudara la implementación de la impresión en 3D. Otro aspecto estratégico está representado por los problemas reglamentarios y jurídicos. Las políticas y directrices actuales están incompletas o son inexistentes en las aplicaciones médicas de la impresión en 3D. Teniendo esto en cuenta, varios importantes bufetes de abogados están abriendo camino, estableciendo subespecialidades relacionadas con la impresión médica en 3D. Otro impedimento está representado por la organización y el personal. La subcontratación del servicio de impresión 3D frente a la impresión interna, el personal adecuado para encargarse de la impresión 3D y la adecuada implementación de esta tecnología en el entorno actual son sólo algunas de las preguntas a las que se enfrenta la administración del hospital.
En cuanto a latáctica, también existen algunos aspectos a considerar. En primer lugar, el personal debe cumplir con algunas aptitudes. Éstas van desde los conocimientos médicos básicos y de imagen hasta la comprensión del hardware de impresión 3D y el software CAD/3D. Tener suficiente personal que tenga un pie en el mundo de la tecnología 3D y en el entorno médico es ciertamente difícil. Además, el control de calidad y la inspección también puede representar una tarea de enormes proporciones para las instituciones sanitarias. Dado que cada dispositivo que sale de la cadena de fabricación es diferente y personalizado, los métodos de medición tradicionales pueden resultar ineficaces. Por consiguiente, los organismos reguladores deben hacer más hincapié en la elaboración de un sistema de metodología para el control y la evaluación de la impresión en 3D en el mundo médico.
Además, al considerar la implementación de tecnologías 3D, deben hacerse algunas consideraciones financieras. Para empezar, debe aclararse el proceso de reembolso de tecnologías 3D. El reembolso de los procedimientos que incluyen la impresión en 3D debe ponerse en marcha en los sistemas nacionales de salud y en las compañías de seguros. La cadena de intermediarios (pagador, equipo quirúrgico, empresa de dispositivos médicos, empresa de impresión en 3D) y la falta de transparencia pueden ser los factores que también hacen que el proceso de reembolso sea más complejo. Además, una institución médica debe considerar la posibilidad de implementar una imprenta 3D propia, cabe destacar que el costo y el rendimiento de esta inversión debe ser analizado. Deben considerarse desde los gastos de capital, que pueden oscilar entre 10.000 y 1 millón de dólares en el extremo superior del espectro, hasta los gastos fijos (sueldos, capacitación, ciertos acuerdos) y los gastos variables (materiales). Posteriormente, se debe hacer la comparación directa con una opción de subcontratación y de ahí se puede deducir el análisis de rentabilidad de la aplicación de las tecnologías 3D.
Para que esta tecnología tenga una perspectiva más brillante, la combinación de los conocimientos producto de la experiencia clínica y el proceso de fabricación en 3D es una solución viable para una adopción más rápida de esta tecnología tan prometedora. Al reunir a personas de los grupos mencionados y al compartir información, los interesados pueden facilitar el aprovechamiento de esta tecnología en el mundo médico.
